El simple hecho de existir es una mera competencia ¡uf!, todo el tiempo creemos que estamos en una carrera de vida o muerte, siempre vamos como con patines "de aquí para allá". Desde que nacemos nos comparan con el hijo de algún amigo a ver quién gatea primero, quién camina primero, quién habla primero... Luego es en el colegio, quien saca las calificaciones más altas y esto se repite hasta la universidad, quién se graduó primero, quién se graduó con honores... A ver ahora quién consiguen la novia o novio primero (¡ah, que si la mía o el mío es más bonito!), el mejor trabajo, quién tiene la mejor boda, quien tiene los hijos primeros ("porque hay que tener sus hijos jóvenes" te repiten una y otra vez). ¿Y cuándo los hijos se casan? quien tiene nietos primero y si son los más bellos. ¡DIOS MÍO! La vida es una completa rutina de "Yo soy mejor que tú".

¿Cuándo dejaremos al otro vivir su vida y yo dedicarme a la mía? ¿Cuándo dejaremos esta lucha que no nos deja disfruta de nuestra existencia? En cualquier etapa en la que te encuentres hoy, nunca digas "te me fui adelante, estas atrás" o "fulano me está ganando, déjame ponerme a eso también".

Quizás pensarás que escribo siempre de lo mismo: la vida. Y es lo que me llega a la mente; porque a veces pensamos que la vida es tan compleja y realmente no lo es. La vida es bella. ¿Por qué gastar fuerzas en competencias y demostrar que somos mejores que los demás? Simplemente viva su vida y no se enfoque en el otro. Ocúpese de sus asuntos y deje que los demás se ocupen de los suyos.

Disfrute de sus éxitos y procure convertir sus derrotas en triunfos, pero viva su vida y no se compare con nadie. Cada uno de nosotros tenemos un valor, somos diferentes y somos buenos en algo. No se preocupe por el carro nuevo de su amigo, o por los honores del otro, preocúpese por usted y viva a su máximo potencial. Sea feliz con quien usted es y no dependa de la aprobación de nadie. Enfóquese en superarse a sí mismo, viva como si fuera su último día y disfrute cada proceso. A veces nos equivocamos, pero el equivocarse también es parte de la vida. Agradezca siempre por su salud, pues muchas veces andamos en el aire y todos preocupados por tonterías; mientras otros se encuentran en la cama de un hospital entre la vida y la muerte.