¿POR QUÉ MANTENER LA FE EN TIEMPOS DE LA COVID-19?

¿POR QUÉ MANTENER LA FE EN TIEMPOS DE LA COVID-19?

 Esa ilusión de llevar a mi hijo mayor por primera vez a la escuela, murió; ese viaje de aniversario de bodas, murió; esa idea de vacaciones en familia frente a la playa, murió; ese viaje al hospital junto con mi esposo para ver la ecografía de nuestro segundo bebé, también murió… Pero en especial, murieron amigos, familiares cercanos y lejanos, también murió el acompañar, abrazar y extender nuestro apoyo y condolencias a los que todavía están con vida; el llorar juntos y vernos de cerca, la esencia de estar de forma presencial en momentos de dificultad o momentos de alegría cuando nace un bebé o festejamos un cumpleaños, murieron (a no ser que seamos de los descuidados que andan juntos y revueltos sin ningún tipo de cuidado).

Muchos hemos perdido familiares, amigos, sueños; pero, sobre todo, la esperanza, metas y deseos de seguir hacia delante. Recuerdo con gran entusiasmo y alegría enero del 2020, donde estuve festejando mi cumpleaños y el de mi hijo mayor. Para mí, éste sería un año lleno de grandes cambios y proyectos realizados. ¡Pero, Uff!  Tremenda sorpresa cuando estuve incapacitada por una amenaza de aborto en febrero y en marzo llegó de lleno la cuarentena a mi país y estuve encerrada por 9 meses y contando porque aún lo estoy.

Entonces, yo me pregunto, si cada día estamos de mal en peor, mucha gente contagiándose y muriéndose; ¿Por qué mantener la fe en tiempos de la COVID-19? Porque debemos mirar hacia delante y dejar el pasado atrás, porque la vida está llena de sorpresas, desilusiones y decepciones, pero nosotros mismos con nuestra actitud y sacando ánimos de donde no hay somos los forjadores de ver las cosas de forma diferente, con entusiasmo, positivismo y en especial, con FE, esperanza de que, sin importar la situación, algún día el dolor pasará, la decepción curará y el duelo será un recuerdo más. Así que, te animo a secarte las lágrimas, a desempolvar el mejor vestido, a levantarte, a mirar el futuro y nunca perder las esperanzas o la confianza en que todo pasará y vendrán tiempos mejores. Te animo a explorar nuevos pensamientos, a confiar en Dios y a encontrar, cada día un motivo para sonreír, dar gracias por todo y sin importar las pérdidas, mirar el futuro y seguir adelante.

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